Decidí verlo con mis propios ojos, recuerdo, la tarde era calurosa y yo te esperaba ansiosa, quería verte y tenía miedo, mi corazón lo presentía.
Llegue antes de tiempo, el vuelo arribó antes de lo previsto, se abrió la puerta y no te vi, no estabas ahí…el móvil sonando, eras tu, me pedías que esperara, creo que fueron dos horas, tardaste en ir por mi, ahí surgió la primera diferencia.
Te vi descender de una “nave” no eras tu… más arreglado y mas formal, te salude y salude a tu compañera, piloteabas la “nave” que me llevaría al encuentro sombrío con mi soledad.
Tu mirada amable, extraña, evasiva.
Ante mis ojos: una historia de amor, ¿y yo? Una simple espectadora
Cuadro a cuadro se desglosaban caricias, besos, ternuras… yo tan solo me hacia a la idea
Las noches eran aún más eternas, contaba los días, deseaba salir de ahí…tu en el cuarto contiguo haciéndole el amor a tu princesa…y yo explicándole al corazón razones que no entendía.
Llegó el último día…tome mis cosas, mi maleta casi intacta…toque a su puerta, abriste de inmediato, estabas adormilado y solo te dije, no te preocupes me marcho en taxi…no te deje asimilarlo y te abrace, salí de inmediato, me negaba a voltear sin embargo me dije a mi misma “es la última vez que lo veré con estos ojos”, estabas en la puerta viéndome partir, dejando mi cuerpo desaparecer de tu vida.
La soledad acompañada de un aeropuerto lleno de extraños y yo sumida en las letras de un buen libro, para no pensar, para no sentir la muerte lenta de mi corazón, le aplique la eutanasia…no pude aguantarlo…al sentir su último palpito en mi pecho…llore su muerte… ¿y en la sala? Nadie vio su sangre correr, corría dentro.
By Sabina
lunes, 22 de febrero de 2010
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Porque tan triste, ¿Quién le ha roto el corazón a mi Sabina? no ha nacido mujer que me rompa la madre, y espero que nunca lo hagan.
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