Refugiada en mi balcón, en esta noche de junio… dónde el cielo coquetea con las nubes. Líneas sensuales se deslizan y marcan formas brillantes.
He visto historias de zorros grises que se enamoran y están dispuestos a entregar el corazón a imposibles…que en su andar por las montañas corren tan rápido como pueden, se esconden cobardes por que prefieren ser cazadores que presas.
He hablado con diosas que se cortan las alas a sí mismas, guerreras de luz que van por los senderos cubriendo de su resplandor…mandando hacía afuera lo que deberían enviar hacía dentro.
Leonas que pierden la melena, que olvidan su valor… su hermosura y tenacidad.
Que decir de las curanderas, mujeres sabías aguerridas… llenas de experiencias que curan con hierbas y se las fuman, explosivas y ácidas. De tantas vidas vividas, cargan su pasado en un morral, viven la vida luchando constantemente entre la ambivalencia de dejar ir o reconstruir; crear la cura; una poción mágica para sanar.
Todas comiendo cenizas, quemando las cartas, llevado el corazón en la mano, tragando alcoholes amargos, mordiendo por dentro para aguantar por fuera…
Algunas van por la vida todo el tiempo caminando sobre una cuerda floja, es como si la adrenalina de caer las excitara...
Cada quien sus culpas... sin cargar las de los otros…Suficiente con aceptar las propias...
He visto historias de zorros grises que se enamoran y están dispuestos a entregar el corazón a imposibles…que en su andar por las montañas corren tan rápido como pueden, se esconden cobardes por que prefieren ser cazadores que presas.
He hablado con diosas que se cortan las alas a sí mismas, guerreras de luz que van por los senderos cubriendo de su resplandor…mandando hacía afuera lo que deberían enviar hacía dentro.
Leonas que pierden la melena, que olvidan su valor… su hermosura y tenacidad.
Que decir de las curanderas, mujeres sabías aguerridas… llenas de experiencias que curan con hierbas y se las fuman, explosivas y ácidas. De tantas vidas vividas, cargan su pasado en un morral, viven la vida luchando constantemente entre la ambivalencia de dejar ir o reconstruir; crear la cura; una poción mágica para sanar.
Todas comiendo cenizas, quemando las cartas, llevado el corazón en la mano, tragando alcoholes amargos, mordiendo por dentro para aguantar por fuera…
Algunas van por la vida todo el tiempo caminando sobre una cuerda floja, es como si la adrenalina de caer las excitara...
Cada quien sus culpas... sin cargar las de los otros…Suficiente con aceptar las propias...
by Mujer Caníbal
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